¿Estás pasando por un mal momento?
¿Te asaltan dudas del Amor y de la Presencia de Dios en tu vida?”¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?”
Hermano, no lo dudes ni por un momento, Dios está por ti. El Señor está a tu lado.
Piénsalo bien: “¿Quién está contra ti?”
La respuesta correcta es: “Nadie que realmente importe.”
He de recordar siempre que Dios está conmigo, no por mis logros, sino porque me conoce, me escogió, y por todo lo que ha hecho por mí. Dios está por mí y por ti; le importamos, nos cuida, nos protege y continuamente nos forma y nos moldea a Su imagen y semejanza.
“El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?”
Te ha dado el mayor y supremo regalo de todos, Su propio Hijo, ¿Por qué iba a negarte cualquier cosa que necesitas o es bueno para ti? Él te ha dado lo más grande y lo más sublime. ¿Puedes entender esa verdad y esa realidad?
Si te preguntas: “¿Qué va a negarte Dios?”
La respuesta correcta es: “Nada que realmente importe.”
Nada que sea bueno para ti y que necesites para cumplir Su eterno propósito en ti.
Eso es seguridad. Aunque cualquiera puede pasar por un mal momento estamos seguros en El. Sabemos que la inseguridad nos llega en ocasiones, y puede penetrar en nuestros corazones por nuestra condición humana, pero Pablo desmenuza el problema y nos lleva a la raíz de la inseguridad haciéndonos estas cinco preguntas que reafirman, aseguran, y cambian nuestras vidas y nuestra relación con el Señor.
No dudes nunca que Dios te dará lo que necesitas. Quizás tú y yo no sabemos lo que verdaderamente necesitamos. Podemos estar muy limitados y podemos ver las cosas con la mente carnal, pero Dios nunca nos negará nada que realmente necesitemos.
“¿Quién acusará a los escogidos de Dios?”
La respuesta correcta es: “Nadie que realmente importe.”
“Dios es el que justifica.” Tu y yo ya estamos justificado en Él.
“¿Quién es el que condenará?”
La respuesta vuelve a ser: “Nadie que realmente importe.”
Para poder condenarte a ti, antes tienen que condenar a Cristo, y eso jamás ocurrirá. Tú estás en Cristo, y Cristo está en ti.
“Cristo es el que murió; más aun, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros.”
Ten fe, y recuerda los ejemplos de aquellos que pasando un mal momento sobrepasaron ese momento. ¿Recuerdas cuando Esteban murió apedreado? Él miró al cielo y vio a Jesús. ¿Qué estaba haciendo nuestro Señor? Estaba de pie esperándolo. Normalmente vemos a Cristo sentado en el trono con Su Padre, pero en ese momento estaba de pie. ¿Por qué estaba de pie? Porque estaba esperando, lleno de gozo, para recibir a Esteban en sus brazos. Estaba listo para decirle a su amado: “He dejado Mi trono, para venir a recibirte.” Esto es historia y realidad. Léelo tú mismo en el libro de los Hechos.
Jesucristo está intercediendo por ti, intercediendo a tu favor, y hablándole al Padre de ti.
¿Quién te puede condenar? Quizás lo harán tus hijos, tu jefe, quizás tu esposa te condenará y te culpará, tu esposo, tus amigos, tus enemigos. Quizás te condene el Diablo.
Pero en realidad, “¿Quien va a condenarte?”
Ya conoces la respuesta: “Nadie que realmente importe.”
Dios no va a condenarte, porque estás en Cristo. Esta es la realidad de las Buenas Noticias.
“¿Quién nos separará del amor de Cristo?”
El capítulo en Romanos 8 empieza diciendo que no hay condenación en Cristo, y termina asegurando que no hay separación en Cristo.
¿Hay candidatos que puedan separarte del amor de Cristo? Los hermanos en Roma, estaban leyendo la carta de Pablo y ni siquiera sabían lo que les depararía el futuro. Tú no sabes que pasará mañana, pero Pablo expone y destruye todas las opciones y candidaturas.
“¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada?”
La respuesta a todas estas cuestiones vuelve a ser un rotundo No.
No estamos negando la realidad que en este mundo es posible que estés pasando por un mal momento. Pero nada nos puede separar de Su amor!
Quizás en tu iglesia escuchas un evangelio que dice que tus circunstancias afectan e indican como Dios te ve y como Dios te ama. Te dice que tus circunstancia determinan los sentimientos que Dios tiene para contigo. ¿Has escuchado ese tipo de evangelio?
Eso no es cierto. Sea cual sea la circunstancia en la que nos encontremos, no altera de ninguna manera Sus sentimientos y Su Amor para con nosotros. En la Escritura dice que nada, absolutamente nada, puede separarnos de Su Amor.
Ahora bien, Pablo nos recuerda que como cristianos, nuestro destino es el mismo que el de nuestro Señor. Nuestro destino es la cruz.
“Como está escrito: Por causa de ti somos muertos todo el tiempo; somos contados como ovejas de matadero.”
“El siervo no es mayor que su Señor.”
“Pero en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó.”
Recuerda cuando estés pasando mal momento
Entonces Pablo declara la Verdad en Cristo con todo Su esplendor y belleza. El indestructible amor de Dios por ti y por mí.
“Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, (la tuya o la de otros)
ni la vida, (la tuya o la de otros)
ni ángeles, (Caídos o sin caer, mensajeros de Dios o demonios)
ni principados, (El presidente, el congreso, las cortes, los jueces)
ni potestades (Policía, ejercito, terroristas, ningún poder terrenal)
ni lo presente, (Cualquier cosa por la que estás pasando ahora mismo)
ni lo por venir, (Cualquier cosa por la que puedas pasar en el futuro)
ni lo alto, (Nada que pueda estar por encima de ti)
ni lo profundo, (Nada que pueda estar por debajo de ti)
ni ninguna otra cosa creada (Nada que haya sido o pueda ser creada por Dios o por el hombre) podrá separarnos del amor de Dios que es (y que está) en Cristo Jesús, Señor nuestro.”
Hermano y hermana, nunca jamás debes cometer el error de medir el amor de Dios basándote en tus circunstancias. Nada podrá separarte del amor de Dios en Cristo Jesús.
He pasado tiempo difíciles en mi vida, y es fácil escuchar al enemigo susurrar en mi corazón estas palabras: “Dios no está contento contigo” “Dios ya no te ama como antes”. Entonces tengo que recordar que las circunstancias de la vida, sean las que sean, no alteran Su amor y Su aceptación por mí.
Y es que Su amor y su aceptación por mí no están arraigados en mis obras, en mis problemas, o en mis circunstancias. Tampoco en mis esfuerzos, en mis éxitos o fracasos; todo está arraigado en la obra de Otro, en la vida de nuestro Señor Jesucristo que vive en mí.
Ese es el principio de la vida en la Iglesia orgánica. Este es el principio de vivir en el eterno propósito de Dios. Dios quiere que su pueblo, Su gente, y Su Iglesia sea y viva totalmente libre de condenación y segura en Cristo. No hay ninguna condenación contra nosotros, esa es nuestra fe y nuestra posición. A partir de este punto, debemos aprender a vivir mediante la vida de Cristo viviendo en nuestros corazones.
Pertenecemos a Cristo y queremos darle lo que desea. Él quiere un hogar, un cuerpo, una esposa, y una familia. Esa es la razón por la que estamos aquí.
Estamos rodeados de iglesias en las que se dedican a hacer muchas otras cosas. La mayoría de esas cosas podríamos llamarlas “buenas”. Pero nosotros estamos por una sola cosa: El eterno propósito de Dios.
Estamos por el único liderazgo que importa, la jefatura directa y personal de Jesucristo en cada uno de nosotros, y en todos juntos, corporativamente como Iglesia. Queremos ofrecerle un hogar donde recostar Su cabeza. Un cuerpo, donde cada uno de sus miembros participa y crece en Su gracia. Una esposa, con la que el Señor comparte Su amor. Y una familia, donde el mundo puede ver el amor los unos por los otros, y un ejemplo de cómo es y será el Reino de Dios que viene a la tierra.
Autor Frank Viola
(Traducido por José Torres Arjona)
Editor Oscar Gomez
Si estás pasando por un mal momento busca aquellos que te aman. Los que te ayudarán cuando cuando estas pasando por un mal momento.