Abandonando el Individualismo en Su Cuerpo

Abandonando el Individualismo en Su Cuerpo y estableciendo el desarrollo de todo creyente es el fundamento de la iglesia Orgánica y el propósito de Nuestro Señor Jesucristo. Nuestros críticos, los religiosos. no le gusta la idea de la participación de cada creyente en la vida diaria de Su Iglesia. Esto le pone fin la necesidad de sus cultos y ritos y al final, de su manera de buscar una entrada semanal. La iglesia simple, orgánica o no-institucional es la que dejo Cristo Jesús. Nosotros no somos un movimiento buscando atraer personas a nosotros sino mas bien suplicamos y trabajamos por la libertad de cada creyente para expresarse en comunión con sus hermanos. ¿Desde cuándo acá estar dentro de las mismas cuatro paredes quiere decir que nuestros corazones están unidos? Estar en el mismo local, una vez a la semana, no tiene nada que ver con la definición bíblica de la palabra “congregarse”. ¡Aguantandonos de manos no nos hace uno! ¡Sentados mirando en la misma dirección no nos hace uno! El sacerdocio de cada creyente no nos separa más bien nos hace un Reino de sacerdotes unidos en Su Nombre.

¡Seguimos orando que el yugo sea quebrantado y el velo sobre vuestros corazones sea removido! ¡El yugo no es el diablo, o el pecado, sino es la religión inventada por hombres! El velo es los años de tradición que nos dicen “siempre ha sido así”. ¡Ten misericordia Señor de tu pueblo Latino!

Al seguir encontrarán una enseñanza por mi amigo Frank Viola:

Abandonando el Individualismo en Su Cuerpo

“Cuando Dios revela a nuestros corazones la realidad de Su iglesia, nosotros abandonamos nuestro individualismo. El individualismo y la independencia son contrarios a vivir en el cuerpo de Cristo y la manifestación del Señor Jesús en forma corporativa. Tal como hemos visto, Dios busca obtener una forma corporal o corporación – no un individuo – que exprese a Su Hijo. La Biblia claramente enseña que la iglesia es una familia.

Consideremos los siguientes pasajes mostrando que el cuerpo de Cristo es uno:

1 Corintios 10:17 “Siendo uno solo el pan, nosotros, con ser muchos, somos un cuerpo, pues todos participamos de aquel mismo pan.”

Romanos 12:5 “Así nosotros, siendo muchos, somos un cuerpo en Cristo, y todos miembros los unos de los otros.”

1 Corintios 12:12 “Así como el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, pero todos los miembros del cuerpo, siendo muchos, son un solo cuerpo, así también Cristo.”

1 Corintios 12:20 “Pero ahora son muchos los miembros, aunque el cuerpo es uno solo.”

La singularidad de la iglesia está basada en la realidad de que todos somos y formamos parte del cuerpo de Cristo y, en consecuencia, compartimos la misma vida. Ya hemos visto que por medio de la muerte de un grano (Cristo), muchos granos (creyentes) han crecido. Sin embargo, por medio del ministerio del Espíritu Santo, todos los granos (creyentes) se convierten, de nuevo, en un grano (la Iglesia).

1 Corintios 12:13 “Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, tanto judíos como griegos, tanto esclavos como libres; y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu.” Esta es una verdad muy significativa. Puesto que nosotros, individualmente como creyentes podemos, de alguna manera expresar a Cristo hasta cierto punto, es solamente la iglesia corporativa la que puede mostrar la plenitud de Cristo. Como hijos individuales de Dios, nosotros podemos expresar la vida de nuestro Padre. Sin embargo, como iglesia, corporativamente, manifestamos las insondables riquezas en Jesucristo.

Efesios 1:23 “La cual es su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo.”

Por tanto, como miembros del cuerpo de Cristo, nunca podemos convertirnos en individualistas o independientes unos de otros. Cristo nunca podrá ser plenamente manifestado a través de nosotros como individuos. Él solamente puede ser manifestado plenamente por medio de Su expresión corporal. Dios ha

ordenado que cada miembro de la iglesia funcione y crezca para suplir su parte de Cristo.

En la primera epístola a los corintios, capítulos 12 al 14, Pablo enseña que el propósito del cuerpo es el de funcionar y servir. Nadie en la iglesia puede estar pasivamente, sino que todos han de ser sacerdotes y sirvientes. 1 Pedro 2:5,9 “Vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo. Pero vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable.”

Si uno de los miembros del cuerpo, de mi cuerpo físico, es pasivo y no funciona, todo el cuerpo sufre. De igual manera, la pasividad entre los creyentes merma al cuerpo de avanzar y expresar a Cristo. La Biblia claramente pone en movimiento el hecho de que cada miembro ha de servir en la iglesia.

1 Corintios 14:26 “Entonces, hermanos, ¿qué podemos decir? Cuando os reunís, CADA UNO DE VOSOTROS tiene salmo, tiene doctrina, tiene lengua, tiene revelación, tiene interpretación. Hágase todo para edificación.”

Efesios 4:16 “De quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor.”

Hebreos 10:25 “No dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca.”

Tal como muestran estos pasajes, el ministerio en la iglesia local tiene que venir de todo el cuerpo. “Cada uno de vosotros” debería ser la marca en las reuniones de la iglesia. El propósito de reunirse es para que los santos den activamente, no para que reciban pasivamente. Dios ha ordenado que el cuerpo de Cristo crezca y aumente por medio de lo que cada una de las coyunturas pueda proveer individualmente.

Efesios 4:15,16 “Sino que, siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo, de quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir

edificándose en amor.”

Colosenses 2:19b “… en virtud de quien todo el cuerpo, nutriéndose y uniéndose por las coyunturas y ligamentos, crece con el crecimiento que da Dios.”

Por tanto es imperativo para la vida de la iglesia, que cada miembro funcione y ministre de acuerdo a la parte que cada uno ha recibido del Señor. En la presente situación de hoy, la mayor parte de las iglesias alientan la pasividad entre los santos. Solamente unos cuantos elegidos llevan los títulos para llevar a cabo todo el ministerio, en la manera que los demás santos permanecen pasivos. (Por supuesto, se les incentiva a que sirvan activamente fuera de las reuniones de la iglesia en forma tal como las escuelas dominicales o el cortar el césped).

La iglesia del Nuevo Testamento nunca visualiza un sistema donde un pastor y unos clérigos dirigen el ministerio. El patrón bíblico siempre ha sido, que cada miembro de la iglesia funcione en las sus reuniones. (Para más detalles en el ministerio de la iglesia primitiva vea nuestro libro, Rehaciendo los odres).

No hay cabida para “gigantes espirituales” en la iglesia de Dios. Todo ha de ser mutuamente dependiente unos de otros – todo ha de ser visto y mostrado en la profunda necesidad de los hermanos.

1 Corintios 12:21-22 “Ni el ojo puede decir a la mano: «No te necesito», ni tampoco la cabeza a los pies: «No tengo necesidad de vosotros». Al contrario, los miembros del cuerpo que parecen más débiles, son los más necesarios.”

El funcionamiento de nuestros cuerpos físicos está basado en el principio de la dependencia mutua. Cada uno de ellos dependen unos de otros para el funcionamiento de todo el cuerpo. Lo mismo ocurre a la iglesia. Para que Cristo pueda ser manifestado, cada miembro del cuerpo tiene que depender de los demás miembros para su alimentación. La palabra griega para “iglesia” es Ekklesia, y es generalmente traducida como “asamblea”.

Ensamblar algo es como el juntar o unir partes con objeto de producir un todo. En esencia, la iglesia está constituida por el ensamblaje de todas las partes que forman el cuerpo de Cristo. El resultado de tal ensamblaje es la manifestación plena del Señor Jesús. Si los miembros no funcionan, Cristo no podrá ser expresado en Su plenitud.

El deseo de Dios es que todos los miembros del cuerpo expresen a Cristo en unión. Recordemos que el propósito eterno de Dios: asegurarse un grupo de personas que expresen Su imagen y sean portadores de Su autoridad en la tierra. En la medida que comenzamos a pensar en el cuerpo, y no en nosotros mismos, Cristo tomará preeminencia en Su iglesia. Y Él se manifestará en plenitud. Dios quiere que todos lleguemos a conocer y depender de la vida del cuerpo, de tal manera que nos demos cuenta plenamente del propósito eterno de Dios expresando a Su Hijo en forma corporativa. En la medida que abandonamos nuestro individualismo e independencia, Jesucristo podrá manifestarse en persona por medio de Su Cuerpo.”

Del libro: “El Eterno Propósito de Dios” – Frank Viola

(traductor José Torres Arjona, Gerona, España) http://salvoporgracia.com

El otro día estaba mirando un programa de Nat GEO por televisor. El programa era de animales que superan en medio de difíciles condiciones. El “Meerkat” or “Suricate” se parece a una zorra y se para sobre sus patas traseras. Ellos viven juntos en grandes colonias. Si solo silba uno de ellos que está en peligro todos se viran instantáneamente y corren a su ayuda. El animalito es tan fuerte en colonia que el estado de la Florida acaba de negar su entrada en los EEUU porque reemplaza otros animales nativos. El Espíritu Santo me dijo si mi pueblo se moviera así nada pudiera venir contra ellos.

Después enseñaron los animales que están a entrar a ser extintos y se vea que cuando los lobos o los leones atacaban los demás corrían por su propio bien y dejaban solo el que estaba sufriendo.

¡Oh, Dios ten misericordia de nosotros!

El que tenga oídos oiga. lo que el Espíritu le dice a Su iglesia!

Jose L Bosque

Avivamiento@aol.com

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