Entendiendo porqué dejan la Iglesia

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Algunas palabras sobre porque “dejan la iglesia” y abandonan los templos.

Prácticamente cada vez que escucho la frase — “dejar la iglesia”—, casi siempre, la persona que usa esta frase nunca explica lo que quiere decir con “iglesia”.

Así es como lo describo en “Cristianismo en Crisis”:

En el título “Olvídese de la Iglesia”, ¿de qué “iglesia” estamos hablando?

El autor dice. . .

¿Olvidar la Iglesia Católica Romana?

¿Olvidar la Iglesia Anglicana?

¿Olvidar la Iglesia de los Santos de los Últimos Días?

¿Olvidar reunirse con otros cristianos en cualquier manera, forma o modo?

¿Olvidar a todos los demás cristianos del mundo?

¿Olvidar a los evangélicos, su movimiento y las iglesias que los contienen?

¿Olvidar el cuerpo de Cristo?

El punto es el siguiente: Si alguna vez escribe sobre “la iglesia”, asegúrese de definir primero a qué se refiere con el término “iglesia”, de lo contrario, muchos de sus lectores atribuirán su propio significado a lo usted está diciendo.

Escribí esas palabras en el mes de abril de 2012 y, bueno, algunas personas no recibieron el mensaje; entonces, la próxima vez que veas a alguien use el término “la iglesia” sin definir a qué rayos se están refiriendo, tienes mi permiso total para referir a dicha persona a esta publicación y pedirle que defina el término.

En ese punto, hay otras cuatro cosas que merecen atención:

 

  1. La “iglesia local” NO es sinónimo de “iglesia institucional”; entonces, ¿podemos dejar de asumir que son iguales? Innumerables personas a lo largo de los Estados Unidos de América del Norte abandonan la iglesia institucional todos los días. (Según Gallop, más de 1 millón de cristianos adultos en los Estados Unidos la abandonan cada año); sin embargo, muchos de esos cristianos ahora se están reuniendo en ekklesias locales que no son institucionales; por lo que no están realmente “sin iglesia”.
  2. La mayoría de las personas que dejan la “iglesia institucional” NO son cristianos “post-iglesia” o “anti-iglesia”; post-iglesia es la creencia de que “la iglesia simplemente sucede” en cualquier lugar, en cualquier momento y con cualquier persona, incluso con personas locales adicionales; por lo tanto, no hay compromiso, ni devoción o regularidad de los involucrados.

En el pasado, he criticado fuertemente la perspectiva post-eclesiástica en este blog; el hecho es que la mayoría de las personas que dejan la iglesia institucional lo hacen porque buscan una comunidad cara a cara centrada en Cristo, donde todos los miembros participan y JESUCRISTO está siendo profundamente conocido, amado y expresado, no son personas ensimismadas que desean el aislamiento, sino que quieren una comunidad real; y al menos en su experiencia, la iglesia institucional tradicional no proveyó esto.

  1. La mayoría de los cristianos que dejan la iglesia institucional lo hacen porque AMAN a Jesús y adoran a Su amada Esposa; es decir, aman a la Cabeza, que es Cristo y, al Cuerpo, que es la comunidad de creyentes; y sienten que la iglesia institucional obstaculiza la forma en que ambos deben expresarse. Recomiendo que lea mi publicación “Por qué amo a la Iglesia: En alabanza al propósito eterno de Dios”, si algo de todo esto le confunde, esa publicación deja el punto muy claro.

En este sentido, Reggie McNeal dijo la famosa frase: “Un número creciente de personas está abandonando la iglesia institucional por una nueva razón. No se van porque hayan perdido la fe. Están dejando la iglesia para preservar su fe”.

  1. Los cristianos [verdaderos] nunca “abandonan la Iglesia”, solo dejan cierto tipo de iglesia. Si eres cristiano, eres parte de “la Iglesia, que es Su Cuerpo” (Efesios 1: 22-23); eso nunca va a cambiar si te unes a una asamblea local específica o tus huesos terminan blanqueándose en el desierto.

Ahora bien, ¿qué es una iglesia institucional? Así es como definí la iglesia institucional en mi libro “Reimagining Church”:

Por “iglesia institucional”, me refiero a aquellas iglesias que operan principalmente como instituciones que existen por encima, más allá y de forma independientes a los miembros que las conforman; estas iglesias se basan en programas y rituales más que en relaciones. Son organizaciones altamente estructuradas, típicamente centradas en la construcción, reguladas por profesionales ordenados (“ministros” y “clérigos”) que son ayudados por voluntarios (también llamados laicos); estas requieren de personal, edificio, salarios y administración. En la iglesia institucional, los feligreses asisten para ver un ritual religioso una o dos veces por semana dirigido principalmente por una persona (el pastor o el ministro), y luego se retiran a casa para vivir sus vidas cristianas individuales.

Dicho lo anterior, debo aclarar que no soy una iglesia “anti-institucional” ni soy una persona “anti-pastor”; tampoco soy un “anti-líder”; de hecho, soy un firme defensor del liderazgo cristiano. Simplemente creo que todos los cristianos son líderes (en sus propios ministerios), todos son sacerdotes, ministros y partes funcionales del Cuerpo de Cristo. Lea el artículo “El mito del liderazgo cristiano”, para más detalles.

En repetidas ocasiones he dicho que Dios usa la forma institucional de la iglesia; yo mismo fui salvo y bautizado en este tipo de iglesia; es decir, el pueblo de Dios está allí y Dios usa pastores y todo tipo de jerarquías clericales, incluso Él ha usado a sacerdotes católicos y obispos anglicanos; pero eso no significa que estas cosas. . . al menos en su forma actual. . . sean todo lo que Dios tenía en mente o que sean el ideal de Dios.

“Lo que Dios bendice y usa no indica Su mejor, más alta o deseada voluntad”. –F. Viola

Realmente necesito agradecer a Frank por esta gran introducción.

Aquí es donde Frank Viola termina y yo empiezo – los siguientes cuatro puntos vienen de mí:

  1. Si bien puede ser fácil etiquetar a los que dejan las iglesias institucionales como cristianos “heridos” o “lastimados”, no siempre es así; la verdad es (y ha sido mi observación) que los que se quedan han sido más heridos y son más inseguros que los que se van; al menos los que se han ido tuvieron las agallas de levantarse y marcharse en contra de los lazos familiares, años de familiaridad, tradiciones y la presión de grupo. ¿Quién quiere ser rechazado y excluido desde el púlpito? ¡Nadie! ¿Quién estaría dispuesto a pagar ese precio tan alto? ¡Solo alguien que esté muy seguro de su identidad en Cristo!

Me gustaría agregar al párrafo anterior algunas ideas de otro hermano, Steve Crosby. Aquí está su artículo “La Nueva Jezabel del Papa Protestante — Sólo estás herido”; Steve señala cómo es que la vieja excusa de “Tienen el espíritu de Jezabel”, y la nueva, “Sólo están heridos”, se ha convertido en la respuesta rápida cuando un “miembro” trabajador incansable, abandona repentinamente una congregación.

  1. Hay un nuevo despertar del Amor por el pueblo de Dios entre los que se van; esto no se puede experimentar completamente dentro de las trampas humanas del sistema religioso… Simplemente no funcionará entre los espectadores del domingo por la mañana. El deseo de vivir una vida diaria para Cristo en medio de una comunidad de otros amantes de Dios es el imán que atrae a estos santos, para el “asistente de iglesia” promedio este tipo de familia requiere un compromiso con los demás que él no está dispuesto a hacer. Para muchos, este tipo de comunidad es demasiado intenso y real, por ello les gusta mantener su iglesia (el sistema religioso) y sus hermanos a distancia.

Fuimos creados a semejanza de Dios y ellos, la Trinidad, funcionan como una familia. Cristo sin familia es como Dios Padre sin amor por sus hijos. Simplemente no es una representación adecuada de Su naturaleza. Para algunas culturas, ver este tipo de familia frente a ellos es algo común, pero para la mayoría de las mentes occidentales (en América) esto es una intrusión a su individualismo. Para aquellos que han experimentado esta clase de amor que se encuentra en la verdadera comunidad (en la familia), simplemente no hay vuelta atrás para seguir mirando la parte trasera de las cabezas de las personas [lo único que uno ve cuando se sienta en la banca de una iglesia institucional]. Por si fuera poco, este tipo de familia es inmune a cualquier clase de cambio político o económico, y esta, es una gran noticia para aquellos cuyo mundo se ha puesto patas arriba recientemente y que no encontraron ayuda en esa iglesia a la que alguna vez llamaron su “hogar”.

Lea mi artículo:

La Clase De Amor Que Está Edificando Su Iglesia

  1. Muchos se están yendo preguntándose por qué hay tanto pecado tanto dentro de la iglesia como fuera de ella; esta es una pregunta legítima. Si somos “lo más grande desde la invención del pan de molde” como dicen desde el púlpito todos los domingos, ¿por qué está embarazada mi hija de 15 años que prácticamente creció en esta congregación? ¿No deberían todos esos sermones y enseñanzas haber producido algo mejor en ella? Esa es una de las mayores falacias de un sistema que enseña que el conocimiento mental (golpes de Biblia) de alguna manera cambia el comportamiento espiritual. Puedo enseñarle a una persona como un loro a recitar versículos de la Biblia, pero eso no le mantendrá los pantalones puestos cuando sea tentado. La verdad es que los primeros discípulos cambiaron el mundo porque tenían una relación diaria con el Padre a través del Espíritu Santo. Solo esa relación es la que transforma el corazón y el alma del creyente. Muchos no saben que los primeros discípulos no tenían Biblias y el 90% ni siquiera sabía leer.
  2. Muchos se están yendo al reconocer la falsedad de la división [y distinción] entre el clero y el laicado; ¡todas esas túnicas y títulos no significan nada! Dios está usando todos los vasos santos y sinceros por igual. A medida que estos creyentes se acercan más a Cristo, se dan cuenta de que sus dones les fueron dados para usarlos en Su reino, no solo para desempeñar papeles de apoyo a la visión de otro hombre. Durante años, los títulos y puestos en la iglesia se han comprado y vendido a los que se designan como “merecedores”; muchos están cansados ​​de jugar y han llegado a comprender que es Dios quien promueve. Si un hombre te da cierta posición, también te la puede quitar, pero lo que Dios te da, nadie te lo puede quitar. Vea el video de Jon Zens sobre este tema: The Clergy-Laity Division An Institutional Lie

En conclusión, el éxodo actual no desaparecerá porque hablemos en su contra. Ellos dejan la iglesia porque no encuentran a Dios en ellas.  La respuesta no debería ser estudiar los valores que atraen a los que se van y tratar de agregarlos al desastre actual de la iglesia; estos valores no son algo que podamos desarrollar en un nuevo programa de crecimiento eclesiástico (o como algunos llaman, de “igle-crecimiento”). Son deseos legítimos del corazón que el mismo Espíritu Santo está poniendo en aquellos que están dispuestos a renunciar a las comodidades de sus antiguas expresiones religiosas y buscar una vida más profunda con Dios y con sus hermanos. Si esperamos llegar de alguna manera a entender a los cristianos sin iglesia y por qué están dejando la Iglesia, debemos ser brutalmente honestos con nosotros mismos. En un esfuerzo por ayudar a aquellos que tienen deseos legítimos de comprender esta verdad y con el deseo de que dejen de intentar de “sacarle brillo al bronce del Titanic”, ofrezco los siguientes lineamientos:

En términos simples, esto es lo que debemos entender acerca de porque dejan la iglesia:

  1. El sistema está roto.
  2. El sistema no funciona.
  • El sistema no se puede reparar.
  1. El sistema produce cristianos superficiales.
  2. El sistema lastima incluso a quienes lo sirven a tiempo completo.
  3. Dios mismo está desmantelando el sistema.
  • Dios está recuperando a su pueblo, sus ovejas y su rebaño de aquellos que creen que son sus dueños.

Mi Amado Lector, que el Señor te guíe mientras obedeces su voz,

José L Bosque. en Facebook

Avivamiento@aol.com

Porque Dejan la Iglesia en Ingles https://godsleader.com/understanding-unchurched-christians-and-why-they-are-leaving-the-church/

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